Les doy la bienvenida una
vez más a un nuevo artículo de las reseñas del Tate no Yuusha, un capítulo de
redención para nuestro escudero favorito y a la vez es muy buen cierre de
ciclo. La reina hace todo lo que tiene a su alcance para poder contentar al
damnificado héroe, limpiando el nombre de Naofumi, castigando a los
perpetradores de la conspiración y, a la vez, contentar al pueblo por este
fuerte golpe recibido, como el derrocamiento de una importante institución,
como lo es la iglesia.
El capítulo comienza con el
despertar de Naofumi, tras estar durmiendo por tres días en la clínica de la
realeza y tener un sueño en el que se encuentra en una playa acompañado por
Mel-tan, Raphtalia y Filo. Sus compañeras de viaje estaban acompañándole
también en la misma habitación, esperando a que despertase, y al poco de eso
ocurrió, la reina hace acto de presencia ante el héroe del escudo. Salen todos
al balcón y conversan de muchas cosas, entre ellas el motivo de la ausencia de
la reina.
Ella le explica al héroe del
escudo que había dejado a cargo de todo al noble que le tenía más confianza,
aquel noble que falleció tras la primera ola, Seyaette. Ella también le explica
que la iglesia de los tres héroes se aprovecho del resentimiento del rey
Aultcray, y las ambiciones de Malty para poder cometer un ultraje contra su
persona. Le comentó también que se había acordado que cada uno de los cuatro
grandes reinos invocaría a uno de los héroes y colaborarían entre ellos, pero
todo quedó en nada con el adelantamiento de Melromarc. Antes de pedir halar a
solas con el héroes del escudo, promete una compensación/recompensa que
consiste en una condecoración y 500 monedas de oro, además de prometer que
limpiara el nombre de Naofumi, pese a que si este decide ir a otro reino o no.
Cuando la reina queda a
solas con Naofumi, le pregunta si ya se siente mejor, a lo que el aludido
responde que ya es capaz de caminar, la reina le explica que quiere que se haga
presente, el día de mañana, en la sala del trono, ya que se encargará de
limpiar su nombre, desmentir las acusaciones que pesan bajo su nombre,
aclarando las falsedades, y juzgar a Aultcray y Malty por su crímenes
cometidos. En ese momento Naofumi ve la duda en ella y comprende que es lo que
verdaderamente quiere pedirle. Al volver a la cama, le comenta a Raphtalia que
no ha hablado de nada importante con la reina, pero que ha quedado en ir al
castillo, para que se limpie su nombre, generando la alegría de nuestra querida
Raphtalia.
En la noche previa al
juicio, Naofumi tiene un sueño premonitorio. A las afueras del castillo hay un
revuelo armado, hay gente que se enoja por el hecho de que solo puedan entrar
allí la gente que obedezca al Tate no Yuusha. En las escaleras, camino a la
sala del trono, se encuentra con los demás héroes, quienes se alegran porque
Naofumi pueda estar en pie, preguntándole por su estado, debido a la magnitud
de la técnica que usó, teniendo Naofumi que aclarar que pese a caminar, por
dentro sigue destruido. Motoyasu se pregunta por Malty, al no haberla visto,
pero Rem se encarga de tranquilizarle, diciéndole que debe tener obligaciones
como princesa.
Llega un ¿paje? A buscarles,
ellos entran en la sala y solo ven, sentada en el trono a la reina y a su lado
su hija, Mel-tan. Ante la llegada de los héroes, la reina ordena que traigan a
los acusados para iniciar el juicio del necio rey y la primera princesa, esto
sorprende a los otros tres héroes, sobre todo a Motoyasu, quien aún piensa que
todo esto es un malentendido. El juicio es una masacre contra Malty, a quien le
pusieron la marca de esclavitud, de manera temporal, con la orden de no mentir,
por lo que este reaccionó y castigo a Mein por cada mentira que dijo durante el
juicio, sacando a la luz la colaboración de esta con la iglesia y su intento de
asesinato a su propia hermana, todo para obtener el trono.
Por su parte, el rey admite
que actuó mal y perpetró contra el héroe del escudo por su resentimiento
personal, aludiendo a un evento pasado, esto lleva al final de juicio, llevando
a la reina a dictaminar su veredicto, los declara culpable de traición al reino
y los condena a la horca, una pena máxima para los más importantes encargados
de la seguridad de su gente, la realeza. Esta se lleva a cabo al día siguiente,
es una ejecución pública, un acto de justicia que termina convirtiéndose en un
espectáculo divertido que sirve para mostrar la misericordia que existe en el
corazón resentido de Naofumi, quien aprovecha de hacerles pagar con la misma moneda
a los que lo humillaron y acusaron falsamente, haciendo que su castigo pase a
ser un despoje de sus nombres de la realeza hasta el día de su muerte.
La reina también aprovecha
que el público está contento con esta resolución de anunciar la imposición de
la nueva religión oficial del reino, la iglesia de los cuatro héroes, dándole
un trato igualitario a cada uno de ellos, y, como Naofumi piensa, no enemistándose
ni con los creyentes del Santo del Dios Pájaro ni con los antiguos creyentes de
la ex-religión oficial del reino. Y llegan los momentos finales del episodio,
Mel-tan se despide de Filo y Raphtalia, ya que ella, al volver al lado de la
reina, se encargará de las obligaciones que tiene como heredera al trono,
asegurándole a nuestra querida Raphtalia que conseguirá un trato digno y
seguridad para los semihumanos. Cuando Naofumi se aleja ve como su madre cede,
y le explica lo agradecida que está de el héroe favorito de los niños de
Taberna, por haber salvado a su hija y al padre de ellas, sin tener que ofrecer
su vida a cambio, algo que cree que Naofumi intuyó.
El héroe, ahora
reivindicado, procede a dejar las dependencias del castillo, y cuando llega a
la puerta es recibido por gente del pueblo, tanto creyentes del santo como
quienes lo respetan como héroe, así como también distintos personajes que
ayudaron a Naofumi y los que fueron ayudado por este, siendo despedido
cálidamente, con respeto y adoración, también por la milicia, una que ahora se
ve limpia de quienes estaban confabulados contra él. Melty también llega a despedirse, pero desde
las puestas del castillo, agradeciéndole por haberla traída sana y salva al
lado de su madre y también por haber salvado a su familia. Finalizando así el
episodio.
Y ¿Qué tal les pareció? Sinceramente
pienso que el veredicto de la reina no ha cambiado, ellos siguen despojados de
todo derecho al trono, por lo que son unos exiliados de la familia real,
interesante será ver si siguen apareciendo en el último mes de emisión de este
anime. Pese a que me reí con ciertas escenas en específico, como la cara de sorpresa
del rey tras haber escuchado que su hija quiso atentar contra la vida de su
hija menor, o cuando el herrero le dice que siga prefiriéndolo a él para la
compra de equipamiento, fue un capítulo de muchas implicaciones, ya que nos
enteramos que los feligreses de la iglesia fueron arrestados por la milicia, y
en si, pese al goce de ver a Malty castigada, ¡Oh, sí weón, por fin! Fue un
capítulo bien tenso. En el siguiente se vienen los tiempos mejores, no como en Chile,
de verdad son tiempos mejores, llegó la hora del Class Up, así que prepárense
para ver a Filo y a nuestra querida Raphtalia dar el primer paso hacia el power
up y mención honorifica a Sakura, la cardcaptor, por su participación en este
episodio. Yo me despido, bien contento por este episodio, y nos reencontramos
la siguiente semana, adiós.
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