Estamos de vuelta una semana
más con nuestro Ecchi favorito de la temporada, los que mencionen que es Midara
no Ao-chan están weones del hoyo, por supuesto hablo de YU-NO, quería dejar las
bromas sobre la saga porno, pero es que este episodio no me deja, tiene un
contraste muy bueno, entre lo atrapante del misterio de la trama y la cantidad
de ecchi que usan para suavizar la trama. Un muy buen capítulo, no al nivel del
cuarto episodio, pero en algunos aspectos, mejor.
La acción comienza con un
Takuya volviendo al punto donde le dejó el caos la primera vez, en la montaña
Sankaku, la noche anterior al último día clases, antes del inicio de las
vacaciones de invierno, se incorpora y sufre de un fuerte dolor de cabeza,
igual que la primera vez. Y aquí empezamos a ver como empiezan a repetirse los
hechos que obligatoriamente deben pasar, con sus debidas modificaciones. En la
mañana recibe la llamada de Yuki, pasa a ver a Ryuzoji a su oficina y comprobar
que no se vio en la noche con su madre, luego se dirige a la enfermería, allí
se encuentra con Kanna y ve la gema que posee su compañera, pero no con
Eriko-sensei, pero, curiosamente están sus ropas.
En eso entra Mio, y pilla a
Takuya con las panzu de la sensei en sus manos, y al chico no le pesa en lo
absoluto ser tratado como un pervertido, por jugar con las panzu de su
profesora, se las termina entregando a Mio y sale de la habitación. En las
escaleras se encuentra con Mitsuki, quien lo estaba buscando, se dirigen a
conversar a la azotea, allí se repite la charla sobre lo extraño que está
actuando Ryuzoji, pero el chico busca más información que la última vez, ahora
sabe que el sensei ha estado hablando con Kaori, gracias Toyotomi, por lo que buscaba ahondar alga más por allí,
pero Mitsuki le termina diciendo sobre el detective que contrató. Luego de que
ayude a reponerse a Mitsuki de la migraña sufrida, primero creí que se la
provocó el hecho de haber saltado con algún dispositivo similar al que posee
Takuya, pero ahora sospecho del “other
world patron”, luego hablaré más sobre él, se va a clases, comprometiéndose
a investigar cuando vaya a la casa del sensei a entregarle notas de la
investigación de su padre.
Terminadas las clases,
sabiendo que si no ponía empeño debería ir a clases de verano, por lo que lo
vemos completando su trabajo, como nunca. Les dice a sus amigos que irá a
entregar unas cosas a casa de Ryuzoji, buscando la ayuda de Yuki, y gracias a
que Mio también quiere ir a la mansión del sensei porque le prometió ver el
tapiz que posee, Yuki acepta. Ya en la entrada a la mansión, son recibidos por
la madre de Ryuzoji, pero ella no haber recibido ninguna llamada de Arima, pero
los hace pasar igual. Mientras caminan hacia el edificio, Yuki se asusta de un
viejo almacen, que desentona con el resto de la mansión, y la señora les
explica que la mansión fue remodelada.
A las puertas de la casa,
les advierte de su hijo, ella les dice que ya no es la misma persona, ha
cambiado y ya no lo reconoce como tal, también les pide analicen el dicho “las golondrinas y los gorriones no conocen
los pensamientos de los gansos y los cisnes”, que piensen en lo que significa.
En eso, aparece Ryuzoji, y la vieja pide disculpas, como si hubiese hablado de
más, jajajajajajajaja, y sale
aterrada en dirección opuesta a ellos ante la presencia de su hijo. Eso
descoloca a los visitantes, pero Ryuzoji aclara rápidamente que su madre sufre
alzhéimer y por eso no le reconoce, también les explica la falta de muebles, lo
mismo que dijo Mitsuki en la línea anterior, y los lleva a la habitación donde
tiene el tapiz, dejando a Mio haciendo un bosquejo de este junto a Yuki.
Antes de dejar la habitación
con Takuya, conversa un poco sobre aquel tapiz, que no le gusta, pero
reconsidero su apreciación sobre él cuando el padre de Takuya mostró interés en
el. En la habitación de Ryuzoji, Takuya y el sensei conversan, el chico le
pregunta sobre la investigación que llevaba a cabo, allí Takuya se entera de un
par de cosas, el tema de la investigación de su padre era la inmortalidad, y el
equipo de trabajo estaba compuesto por otras dos personas, una tercera
investigadora, que se encargaba del estudio de los campos magnéticos y
gravitacionales de Sakaimachi, Imagawa Yukira, trabajando en una teoría
unificada basada en mecánica cuántica,
suena a senda paja molida.
Se desvían un poco hablando
sobre el origen del universo y como es que los investigadores se encargan de teorizar
y buscar comprobar sus teorías sobre eventos inexplicables, hasta llegar al
punto en que habla sobre la cuarto integrante, su madre, una mujer ciega, de tés
blanca pura y cabellos dorados, como la chica de orejas raras que Takuya se
comió en el primer capítulo, su nombre era Keitia, pero lo cambió por Keiko. A
ella la conocieron gracias a las notas de Yurika, vivía en reclusión cerca de
Ken-no-Misaki. Ella ayudó en la investigación de su padre y tiempo después,
ella le tuvo a él.
Ryuzoji le explica que de
pequeño su madre le cuidaba mucho, ya que sufría mucho de fiebres, cosa que el
joven no recuerda. En eso, en la otra habitación, Mio ya terminaba el bosquejo,
recordándole el diseño a una puerta que ya ha visto en algún lugar, es la montaña Sankaku, por lo que
se disponían a dejar la habitación. De vuelta en la habitación de Ryuzoji, el
sensei abre la puerta que da al patio, y se plantea hacerle lo mismo que le
hizo a su padre, para comprobar si tiene o no el dispositivo para saltar entre
líneas de tiempo, y abre la puerta al infierno, si la misma que menciona Yuki
que está presente en la investigación de Arima-sensei, e intenta usar al other world patron, Niarb, pero Takuya
resiste a la influencia de este, y sospecha del factor… no me pregunten que factor,
ya que si averiguo me llenaré de spoilers.
Es salvado, por así decirlo,
por la campana, en la habitación llaman Yuki y Mio, quienes ven a Takuya que
estaba incado en la habitación. Ryuzoji-sensei los despide desde la puerta de
la casa, y Takuya le suelta la sopa sobre su padre, con una falsa suposición de
que puede estar vivo en un lugar totalmente diferente. El capítulo termina con
los chicos abandonando las dependencias del sensei, siendo despedidos en la
entrada a la propiedad por la madre de este, quien les pregunta si ya saben a
que se refería con el refrán que les dijo, pero se da cuenta que no, por lo que
se hace explicar un poco mejor o, mejor dicho, los confunde más, les dice que
es capaz de escuchar a un ser que habita en la mansión, una respiración de hace
cuatrocientos años.
Que gran capítulo por la
chucha, de verdad me cansa pelear contra el munchkin que se hace este anime en
su capítulo, suelta mucho durante la emisión, de forma imperceptible, creo que
lo noté dos veces, la primera, con la llamada en la mañana de Yuki, y la
segunda, con la conversación con Kanna al termino de las clases, si no estás
muy atento, lo pasas por alto, por ejemplo, el de la llamada, lo note cuando
estaba escribiendo el artículo, pero el de Kanna no pasa piola. Si me preguntan
a que debe oler Ryuzoji, supongo que a azufre (?), tengo miles de suposiciones
sobre este anime, por ejemplo, quienes tienen las otras dos gemas y quien es la
primera víctima de la maldición, pero no las soltaré ahora, por si le achunto,
ya que sería zendo spoiler. Y bueno, hasta aquí por esta semana, me alegra que
Takuya se salvara del Banishmen, y nos reencontramos la siguiente semana,
adiós.
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