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lunes, 15 de julio de 2019

Kono Yo no Hate de Koi wo Utau Shoujo YU-NO capítulo 15


De vuelta una semana más para el artículo favorito de los niños de taberna, ya que no contiene spoilers, ya tengo una variada cantidad de bromas que puedo hacer gracias a este capítulo, pero para ser un anime que se ha encargado de llenarnos de fanservice a lo largo de su emisión su capítulo de playa es algo fome, pero digamos que cumplió, ya que el protagonista se comportó como libido andante, tuvieron las cosas que los japoneses acostumbran a hacer en la playa, además de un par de estupideces, pero bueno, como ya dije, cumplió.


Y el capítulo comienza mostrándonos un recuerdo, uno que ya hemos podido ver muchas veces, pero no completo, por fin tenemos el contexto de la foto que posee Kanna-chan. Takuya se despierta, atrasado, pero el aviso de Ayumi-san consiguió convencerle, ya que Yuki y Mio ya han llegado a buscarle. Vemos como el joven se prepara, con ayuda de su madre, hecha un par de cosas a la mochila, chequea con ella que lleve lo necesario y le pide medicina para la fiebre, solo por si acaso.
Tras eso vemos que los jóvenes ya han llegado al apartamento donde vive Kanna, a buscarle, la chica, aún no se ve muy confiada por lo del viaje, pero aún así, van todos. Y el viaje en el primer tren es realmente tranquilo, conversan un par de cosas, rescatando el hecho de que Mio nunca ha reventado la sandia en playa, ya que su padre es sobreprotector, recordar el capítulo en que amenazo a Yuki con la escopeta, por lo que Yuki afirma que se va a asegurar de que Shimazu tenga su primera vez hoy, sí, seguimos hablando de sandías.



En el andén, mientras esperan el siguiente tren que deben tomar, Takuya se percata, y pronto los demás también, de que hay alguien que los sigue. Takuya les cuenta que el tipo está siguiendo a Kanna, cuando Yuki preguntaba si llamaba a la policía o al personal de la estación, Takuya le dice que espero un momento y se dirige al baño. Su plan resultó, y consiguió que Hojo le siguiera, además de enterarse de lo que realmente está buscando, dándole de paso una pieza de una información importante, hasta cierto punto.
Rápidamente Takuya deja el baño, sin lavarse las manos y sucio ql, y esto hace que Hojo se urja, se apresura en salir el hombre y aborda, apenas, el tren en que ve el gorro de paja que Kanna está usando, pero resultó ser una trampa, era la sandía de Yuki a la que le pusieron el sombrero, con algunos libros que usaron para darle más altura, generando el enojo del detective privado. Los jóvenes, ya relajados, esperan el siguiente tren que los llevará al sitio de los Shimazu.



 Vemos que este viaje también es relajado, y pasó sin pena ni gloria. Al dejar el tren, camino hasta la propiedad del padre de Mio, pasan por las tiendas comprando cosas, pero no encuentran sandía a la venta. Hasta que llegan a la casa de Mio, allí a Takuya se le escapa que el padre de su amiga posee una escopeta, y ataca a los muchachos que se le acercan a su hija, pero se escusa de buena manera. Los chicos, ya dentro de la casa, se preparan para bajar a la playa, y bueno, de paso nos dieron una acusación de pervertida para Kanna, y como era de esperarse, los muchachos salen primero, y cuando llega Mio la bañan en halagos, haciendo que la chica se sonroje, pero luego llega Kanna, y con su atuendo les baja los humos a los chicos buenos pa’ apreciar.
Y cada uno empieza a disfrutar la playa a su modo, como Takuya jugando en la arena, haciendo una sirena, igual que en el recuerdo, incluso, llega Kanna y le pregunta que hace, generando un Dejabu, tenía que hacerlo. Luego vemos a Yuki nadando con su flotador, y Mio a punto de echarse bloqueador, pero llega Takuya a hacerse el vergas, aunque no consigue su objetivo, la charla con su amiga le hace darse cuenta de que Kanna no está.



Y enciende las alarmas en todos, la chica ha desaparecido, no se encuentra ni en la playa ni en la cabaña, por lo que Takuya se dispone a dejar el lugar por salir a buscar a la chica, hasta que abre la entrada y la ve llegar, con una sandía, que linda, hace que Yuki no rompa su promesa. Por lo que sigue es la primera vez de Mio, le explican como es el juego y le pasan la vara junto con la venda, y la chica experimenta por primera vez esta tradición de verano, aunque cae en las trampas de los muchachos, quienes le gritan indicaciones contradictorias, haciendo que ella se enoje, pero le explican que así es la primera vez.
Luego viene el turno de Kanna, ya que el verga de Takuya alude de que el pertenecía al club de Kendo, por lo que lo dejaron al último, turno que no llegaría, ya que Kanna, quien se ve muy kawaii dando vueltas con la vara en sus manos, logra sin problemas darle a la fruta, sin inmutarse ante las indicaciones de Yuki y Takuya, acabando el juego, en defensa de la chica, ella les advirtió en el tren que era bastante capaz blandiendo el palo, ¡Y pa’ esa wea weaste tanto Yuki!.



Los chicos terminan comiéndose la sandía, y Mio logra un momento a solas para hablar con Kanna, a quien le agradece por haber conseguido la fruta para el juego y, como forma de agradecimiento también, le presta uno de sus viejos trajes de baño que la chica posee en esta casa. Y los chicos lo notaron de una, dejando caer también para ella una serie de halagos, tras eso, todos empiezan a disfrutar de su tarde en la playa, dándonos muy buenas postales, como la que tienen montando las olas del mar, ¿Eso era una banana?
Y llega el atardecer, los jóvenes se disponen a terminar su día con una barbacoa, pero empiezan los problemas, Kanna se ha dado cuenta que su pendiente ha desaparecido, lo dejó sobre la mesa para poder estar tranquila en el agua y que este no se le cayera al agua, como recomendación de Mio, en seguida, llegó Yuki diciendo que su carne tampoco está, por lo que las opciones se reducen a un ladrón, y nadie lo dice, ¿Es muy difícil pensar en ello? Luego escuchan ruidos dentro de la casa, y todos entran, encontrando sus cosas desparramadas en el suelo, ¿Más pruebas?, y terminan escuchando ruidos detrás de una puerta, la cual Mio señala da hacia un sótano.



Takuya toma la batuta, y decide bajar con Yuki, armados con varas, le pide a Mio que se encargue de cuidar a Kanna, si, como si lo necesitase ¿¡Viste como partió la sandía temprano!? Los muchachos descienden las escaleras y encuentran que el perpetrador es un perro, el perro sube rápidamente las escaleras, dejando todo lo que los jóvenes perdieron tras de él, Takuya y Yuki llegan al poco después, para cubrir a sus amigas del perro, pero el animal arranca, de paso derriba los fuegos artificiales que trajeron para la noche y la parrilla, generando un accidente que no pasó a mayores, ya que los vimos después limpiando el desastre.
El día ya acaba, Mio tenía ramen instantáneo en caso de emergencia, por lo que pudieron cenar, Kanna entra en la habitación de Mio, terminando de haberse bañado, la chica tiene quemaduras de sol, las cuales su compañera de cuarto las nota y se ofrece a aplicarle algo de crema para ella, generando un momento digno para que Yuki y Takuya las espíen. Ya acostadas, esperando dormir, las chicas hablan de Takuya, Mio le pregunta, sin tapujos, a Kanna que es lo que siente por su compañero, Kanna le confiesa que su corazón se acelera, Mio, al escuchar las palabras de la chica, le dice que ella siente lo mismo, generando que Kanna responda con un comentario digno pa’l Oscar, “Somos iguales”, de verdad no pude parar de reír y aplaudirle a la distancia al guionista.



Ya terminando el episodio, en la habitación donde se quedan los muchachos, Yuki se levanta en mitad de su sueño, solo para morderle la tula a Takuya, y no, no hablo de la bebida energética de todos los chilenos, hablo del paquete del muchacho que Hojo bien apreció, ¡Ja! ¿Creyeron que dejaría pasar eso?, bueno, un buen momento al que debería ponerle el hashtag no homo, debería. Los chicos regresan sin novedad, se separan a la salida de la estación, y Takuya pregunta si acompaña a Kanna hasta su casa, pero la chica le dice que hasta el punto en que bifurca su camino está bien, quedando tranquilo el joven, se despiden, pero rápidamente se tiene que dar vuelta, tras escuchar un fuerte ruido y ver que su sombrero ha regresado, el cual se detiene delante de él, y lo que termina encontrando es a la pobre Kanna en el suelo, con signos de ser afectada nuevamente por la fiebre.



Y bueno señores, yo espero que les haya gustado el capítulo y no sean unos mañosos culiaos como el Tío Efe, quien esperaba ver más carne y accidentes graciosos en el episodio de playa. La gran pregunta ¿Cómo chucha el perro entró a la cabaña? ¿Y cómo chucha el perro entró al sótano cargando toda la carne, el dispositivo reflector y el collar de Kanna? Aunque el culpable parece obvio, espero respuestas pronto, quizás las tengamos en el siguiente episodio, pero no me quiero hacer esperanzas porque al parecer lo de Kanna se viene con cuatica. Yo me despido, alegrándome por haber visto un buen par de veces a Kanna sonreír en este episodio, reencontrándonos la siguiente semana, adiós.




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