Las canciones de Filo son
tan geniales, nunca creí que lo la semilla sellada en la guarida del alquimista
llegaría tan pronto, bueno, eso pasa por no leerme la novela, séptimo capítulo
del Tate no Yuusha, que no se centra en un 100% en ese conflicto, sino que, nos
regalan buenos momentos de nuestra querida Raphtalia y Filo.
Y el capítulo comienza con
el viaje hasta la zona donde le encomendó ir su amigo mercader, no sé como más
llamarlo, y bueno, terminan llegando a un pueblo muy exigente, el cual lidia
con la cagaita que dejó Motoyasu, quienes primero, al darse cuenta que estaban
siendo visitados por el santo del Dios Pájaro, a quien le piden que cure a los
enfermos, teniendo éxito luego de que aplicara la habilidad de mejorar
medicinas en el herbicida, lo cual también sirvió apara aniquilar la planta de
la leyenda que extendió sus raíces y tomo el control de todo los edificios del
pueblo, al punto que los aventureros regulares no pudieron con ella.
Antes de irse, con todo ya
solucionado, negocia con el pueblo un buen precio por dejarle algunas semillas,
el cual terminan acordando que se lleve los excesos de la producción de las
plantas, las que ellos no serían capaces de consumir. Con eso consigue venderlas
a un buen precio con su mercader favorito, quien le pide un segundo favor, en
este capítulo, que vaya a dejarle un encargo a una ciudad cercana, que posee
aguas termales, si, ¡AGUAS TERMANLES!
En la ciudad, luego de
terminar el encargo, deciden quedarse una noche, y pasar a conocer el atractivo
de la ciudad, particularmente Raphtalia lo conoce, luego de leer de las
propiedades de ellas en la misma terma. Pero este viaje no sería todo paz y
tranquilidad, ya que un conflicto entre sus dos esclavas, nuestra querida y
celosa Raphtalia y la adorable y demandante de cariño Filo, quienes buscan a su
manera el afecto de su amo, y pa’ que estamos con weas, las fantasias de
nuestras querida Raphtalia son muy divertidas.
Filo y Raphtalia se fugan de
la cama en la noche, y se ponen a explorar la montaña en busca de nidos de
Gagock, un ave que se caracteriza por dos cosas, sus huevos son raros y
sabrosos, (7w7) y ellos colectan un
metal raro que se vende bien. En su competencia, ocurren no preocupantes
accidentes que hacen que las hermanas se alineen y se pongan en la buena, pero
ninguna consiga su objetivo personal, ya que un jabalí plateado arruinó el
único nido de Gagock que encontraron y, después de devolverse a la ciudad con
él, lo venden y las dos esclavas le compran un presente a su amo, terminando de
manera feliz este episodio.
Este capítulo fue livianito
y rápidito, me han agradado mucho este tipo de capítulos del Tate no Yuusha,
este capítulo tiene escena post-créditos, la cual señala el próximo destino de
la party del héroe del escudo y con un título no muy alentador, por lo que
podemos despedirnos de estos capítulos de paz y tranquilidad. Gran capítulo
ésta semana, uno que nos deja unos memorables memes, como el de x-videos o el
jabalí encarnando el clásico usado en taberna relacionado con Cell, espero
hayan disfrutado del episodio, yo me despido y nos reencontramos pronto,
adiós.
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