Luego de una semana de pausa estamos de regreso con el arco final de este gran anime, la tan querida y amada por todos saga porno que partió en la temporada de primavera, hablo de YU-NO, y su capítulo 18. Takuya, se largo de la última línea temporal en que se encontraba, todo por conseguir la psychite y lograr que Kanna-chan se quede a su lado, veamos como le va en esta travesía que recién comienza.
Y el capítulo comienza como lo hace cada vez que inicia una nueva ruta, escuchando las palabras de su padre. Se despierta, quedando perplejo por el escenario que encuentra, un río, muchos árboles, ningún edificio ni personas a su alrededor, por lo que solo le queda bancarselas por si mismo si es que quiere cumplir con su objetivo. Luego de ver como una chica rubia despertar de su letargo y ser transportada del altar donde estaba, encontramos a nuestro protagonista que se ha empezado a desplazar, cargando un arma improvisada, oye unos ruidos detrás de unos arbustos, por lo que decide lanzarse a averiguar, pero se encuentra con la sorpresa de que al otro lado no hay nada, nada más que un enorme vacío por el cual cae, pero se logra afirmar de una rama que no se rompe y salvar su pellejo.
Una vez que está a salvo, Takuya oye la voz de una chica que está en apuros, y parte al rescate de ello, yendo en la dirección de donde provino, pero las sorpresas para el protagonista no paran, ahora encuentra a la chica rubia que vimos recientemente ser molestada por un monstruo, una cabeza peluda y alada, no me hagan decir que parece, y nuestro protagonista arremete contra la criatura alada, solamente armado con un trozo de madera que se ha encontrado por allí, golpeando al monstruo de lleno, haciendo que este huya.
Takuya le pregunta a la chica que acaba de salvar si se encuentra bien y también por su nombre, descubriendo que ella es muda, no, no la voy a llamar mudita-chan, trata de hacer que la chica confíe en él, ganandosela por la risa, al igual que lo hacen los feos, y lo logra, percatándose, en el proceso, de que la chica tiene orejas largas, como la chica que lo besó aquella vez en la base de la montaña Sankaku.
A Takuya se le ocurre una buena forma de averiguar el nombre de la muchacha, y es escribiendo los kanjis en el suelo y preguntándole silaba por silaba si aquella pertenece a su nombre. Tras largo rato consigue su objetivo, ella se llama Sayless, no me aguante la risa. Takuya y Sayless deciden caminar, sin rumbo, y pasado un rato llegan a la frontera de estás planicies, poco más allá se extiende un desierto, el cual parece no tener fin, pero Sayless se da cuenta de que cerca de donde están hay una casa, por lo que ambos se dirigen hacia allá.
Ellos tocan la puerta, pero no reciben respuesta, por lo que Takuya toma la iniciativa y entra, acompañado de la chica. Él le pregunta si acaso esta es una casa normal, a lo que Sayless asiente con la cabeza. Siguen investigando la casa y Takuya se adelanta un poco, cruzando un pasillo y abriendo la primera puerta que encuentra, escuchando la misma voz que pedía auxilio temprano, esta vez le advierte y, tras escuchar la advertencia se encuentra con una espada en su cuello, amenazándole con rebanárselo.
La portadora es una chica de pelo blanco, ella lo primero que le dice al muchacho que se inmiscuye en la habitación es que arroje el arma. También empieza a hacerle preguntas y demandas, quien es, si viene desde la ciudad imperial, que se quite la ropa, que se deshaga de todas sus armas, a lo que solo termina recibiendo respuestas que no entiende para nada, ya que nuestro protagonista le gusta tomar las cosas de manera poco seria cuando le amenazan, el muy vergas.
La chica se termina desplomando, causando la preocupación de los intrusos. Cuando la mujer despierta se encuentra acostada en su cama, despojada de sus ropas, molesta al pensar que fue el muchacho sentado junto a ella quien hubiera hecho esto, por lo que rápidamente toma su espada, para darle una lección, pero el joven la detiene inmediatamente, dejando las bromas de lado, contándole que Sayless fue quien se encargó de sus ropas y todo lo demás.Ella se disculpa por su precipitada conclusión y se presenta, ella se llama Ailia, es una caballero que protege la frontera por orden del emperador celestial.
Ella le explica a Takuya que su misión es derrotar a los monstruos que aparecen en la frontera, la frontera es donde Dela Granto se separa del resto de los mundos, el lugar donde apareció Takuya. Ella le pregunta a Takuya por le motivo que lo trajo a Dela Granto, y el joven le responde con la verdad, le cuenta que vino a por "Psychite", algo que no le suena para nada a Ailia, pero intuyendo que es una joya, o tal vez le explicó que él habla de un mineral, ella le pregunta si la joya es para la chica que lo acompaña, y nuestro protagonista verga muestra que realmente lo es, respondiendo que es para otra mujer. En eso, son atacados por un monstruo alado, nuevamente la cabeza peluda con alas, y Ailia se encarga de la criatura sin complicaciones, mostrando sus dotes con la espada.
Ailia le comenta a Takuya que cada vez aparecen más monstruos y ellos son más violentos cada vez y que eso es un signo de la llegada de la ira de la Madre Naturaleza, la cual se presenta cada 400 años, que coincidencia, ella explica que la ira no es piadosa y asola sus tierras con fuertes desastres naturales, a lo que Takuya que no hay forma de lidiar con los desastres naturales, pero Ailia le corrige, mencionando que existe un único método, el cual es un ritual para purificar este mundo, el cual se realizará dentro de cinco años más, se utiliza a una sacerdotisa, quien sacrifica sus habilidades físicas, como poder caminar o hablar, para obtener poder divino, ella se convierte en el recipiente de la manifestación de un dios.
A lo que Takuya, atando cabos, llega a la conclusión de que Ailia se está refiriendo a la chica que lo acompaña, Sayless, como una sacerdotisa, pero tiene una duda, ya que no puede explicar como es que la chica llegó hasta allí desde la ciudad imperial. Cuando Takuya sugiere que cruzó el desierto, ella le dice que es imposible poder hacer eso durante el día, ya que el sol, Melgio, no lo permite, ellos finalmente regresan a casa y son recibidos por una Sayless que está preparando la cena.
En los días siguientes Ailia entrena a Takuya en el uso de la espada, y su principal enseñanza es que no baje la guardia en este lugar. En una ronda, se encuentran con una especie de Arpía que está herida, Ailia baja la guardia cuando aparece una segunda Arpía para defender a su compañera herida, soltando el arma luego de recibir un ataque del monstruo recién llegado, pero Takuya sale a la defensa de la mujer, logrando dañar uno de los brazos del monstruo, consiguiendo que ambos huyan volando. Cuando Takuya le pregunta a Ailia que pasó, ella le dice que los monstruos le recordaron a su hermana menor, Amanda, por eso se distrajo, y le cuenta a Takuya sobre ella.
Una mañana, Takuya y Sayless van hacia el bosque, Ailia está haciendo sus rondas por la frontera, consiguiendo algunas cosas, como peces para la cena y flores para las tumbas de los compañeros de Ailia, cuando un monstruo que llegó escalando estaba dispuesto a atacar a Sayless, pero es salvada por Ailia, la mujer le dice a la joven que se dirija donde Takuya y ella enfrenta al monstruo, logrando vencerle, pero también encuentra a la muerte allí.
Las últimas palabras de Ailia son para Sayless, ella por fin asume que la muchacha es en realidad la sacerdotisa, y que Sayless sabía que el día de hoy ella moriría, siendo el silencio de la muchacha la ratificación de aquello. Ailia se despide, pidiéndole que cumpla su rol para este mundo ya que es lo que ella y el resto de las personas quieren, ser salvados, por lo que le pide que regrese y continúe con el ritual.
Takuya toma una decisión, al día siguiente decide pare partir a las canteras en el desierto de Rafaelo, en busca de la Psychite, algo que ha Sayless no le parece, y ella le expresa a Takuya sus deseos de que no quiere que el muchacho parta, saliendo tras él y siguiéndolo, incluso en el desierto, hasta cierto punto en que Takuya se ha dado cuenta de que la chica no lo sigue, mientras el descansa a la sombra de una duna, en la ladera umbría de esta. Takuya termina regresando a la que era la casa de Ailia, ya que su bota perdió el agua que traía, por lo que llega seco y directo a sumergir su cabeza en el barril de agua.
Ya saciado, se preocupa por Sayless, ya que no recibe respuesta a sus llamados dentro de la casa, por lo que la va a buscar fuera, no teniendo resultado, intuye de que la muchacha se ha perdido en el desierto. Luego de gritar un par de veces en dirección a este, escucha la voz de Sayless en su cabeza, diciéndole donde se encuentra, Takuya se dirige a rescatarla, por lo que camina en dirección al sol y logra encontrarle.
La muchacha está desmayada, y Takuya lo primero que hace tras levantarle del suelo es darle agua, pero ella la rechaza, por lo que el muchacho se la da boca a boca, consiguiendo que Sayless despierte. Vuelve a escuchar la voz de la chica una vez más, quien le dice que el destino fue el que se encargó de que se encontraran y tras eso cierran el episodio con un beso.
Que bueno fue el regreso de este anime, tras una pausa de una semana para emitir un especial recopilatorio de las rutas anteriores, nos dieron este episodio, pasan muchas cosas, lo sé, se siente que empiezan muy rápido, si bien no responde mucho ni hay más plot de lo que uno puede intuir del opening, es un buen comienzo, por lo que las aventuras en Dela Granto recién comienzan, fanservice, nadie te extraña, nos reencontramos la siguiente semana, adiós.
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